27 de noviembre de 2009

MCR Especial AP.

Para su cuarto álbum, la MCRmy podría haber hecho un registro de credibilidad para mostrar cuan 'punk' son, o un aburrido y seguro disco que haría que hasta Nickelback estuvieran celosos. En vez de eso, la banda decidió patearle el trasero a todos, incluso a ellos mismos.

Por cerca de una década, My Chemical Romance se ha pasado sus vidas como niños rudos golpeándose en sótanos, reacios a ser los chicos de los posters para una generación distorsionada y de rock clásico revivalísta “salvando” a los más jóvenes que se sienten privados de sus derechos en todo el mundo. Mientras están listos para su cuarto álbum, ellos están haciendo algo más audaz: Convertirse en una banda de rock.

Historia por Jason Pettigrew.
Fotos por Phil Mucci.

Localizado en el corazón de Hollywood, Sunset Sound es un auténtico baluarte del Rock ‘n’ roll. El estudio ha fomentado algunos de los mas importantes y emocionantes discos de la historia de la grabación sonora, desde el “Exile On Mail Street” de Rolling Stones al “L.A. Woman” de The Doors o el “Led Zeppelin II”. Sin embargo, aparte de su historia y el ser el estado de la tecnología y el arte, la desenvoltura es (para los que visitan el lugar por primera vez al menos) una molestia tremenda. La serie de pasillos con paneles de madera conducen a los estudios adyacentes y áreas comunes con múltiples salidas, así que si no estas poniendo atención podrás terminar en el sitio equivocado, un depósito, fuera de un aro de básquetbol, o un estacionamiento.

Puedes esperar que en una de las puertas al final de estos pasillos te lleven a un escenario de sonido organizando “Daisy of Love” al menos, un Baja Fresh conducido por tipos rockeros de décadas pasadas. (Alguien dígale a uno de esos conductores nocturnos que la estación de salsa picante necesita llenarse).

En el consejo teórico, el diseño de Sunset es la metáfora perfecta para describir la trayectoria artística de My Chemical Romance. Piénsenlo: Cuando alguien espera que la banda salga en una dirección, ellos rebotan hacia otra parte. MCR –el vocalista Gerard Way, los guitarristas Frank Iero y Ray Toro, el bajista Mikey Way y el baterista Bob Bryar- fueron de ser perros de la calle sudando tinta en escenarios de sótanos y clubs húmedos muy poco probables para firmar en sellos grandes en dos años, eclipsando a muchos de sus colegas y mentores. Después de conquistar a la ‘Generación Warped’, ellos cortaron su suelta ambición con el concepto alto, el espectáculo de rock clásico de The Black Parade, reinventándose a ellos mismos como un “Sgt. Pepper” del set Adderall, mientras el resentimiento de la atención en ambas partes como la crítica y la legión de fanáticos mayores de la música dispuestos a retirar sus garras artríticas de sus recuerdos musicales de su juventud, para darse cuenta que si, tal vez hubo nuevas bandas que valen la pena revisar.

En el 2009, My Chemical Romance escribe y graba cerca de dos álbums que valen la pena con el productor Brendan O’brien (Pearl Jam, RATM) en el timón. Pero a diferencia de un escritor agobiado por un sentido de dirección minúscula –o un grupo menor de músicos dispuestos a renunciar al control y la visión de seguridad económica- MCR sabe exactamente a dónde quieren ir. No es de sorprenderse, el clima de los artistas actuales que ‘bajaron’ la cultura y la disminución de los valores de la música hicieron a la banda aún mas apasionada sobre su oficio.

“Creo que nuestra audiencia es NUESTRA audiencia”, dice Gerard Way, sentado al final de un sofá de cuero en una de las salas de mezclas de Sunset. “No he notado la falta de devoción a nuestra banda. Lo que realmente he notado es que hay un cierto nivel de excitación por My Chemical Romance que yo no esperé. Desde los encuentros básicos que yo he tenido –en la fila con gente que espera un café o cualquier persona en los comic-cons- hay una anticipación loca por el disco de MCR. Siento que si no hacemos música, algo se perdería. No sé bien cuanto pesa la cultura actual sobre nosotros”.

Él hace una pausa para encender un cigarrillo. “Creo inconscientemente”, él comienza, exhalando un poco de humo, “estamos volviendo a ser hostiles”.

EL ESTADO DE ÁNIMO EN EL ESTUDIO es en partes iguales, entusiasta y productivo. Mientras la banda escucha algunas mezclas crudas que O’brien hizo para ellos hace unos días, el aclamado ingeniero Rich Costey es uno de los otros que prepara las versiones finales. Los miembros de la banda (menos el guitarrista Toro) comparten risas con uno de los asistentes del estudio (es el día después de la noticiosa historia de la familia Heene y “el niño en el globo”) y comparten menús de comida para llevar, preparándose para lo que queda de la noche. Cuando Iero entra al estudio, Gerard lo saluda con una gran sonrisa y un golpe de manos como si no lo hubiera visto en años. Dando todas las vibras positivas que los rodean hoy, es difícil creer que hace aproximadamente 16 meses atrás, My Chemical Romance estuvo en el precipicio para desintegrarse. Dos semanas antes que este escritor llegara a L.A., reveló la tareas a un miembro de una prominente banda de New York/ New Jersey. “Esperen”, el chico de la banda reacciona, sincero pero shokeado, “¿Ellos de verdad están haciendo un nuevo disco?”.

La campaña de la gira para The Black Parade tuvo a la banda viajando alrededor del mundo por dos años y medio. La experiencia los dejó sintiéndose como una cena a las 3 de la madrugada en un almuerzo de turno nocturno: quemado en los bordes y demasiado tierna en el interior. Concedido, el viaje no fue del todo malo: Los tres mil fanáticos fuera de un aeropuerto en Sudamérica dio a MCR un momento Beatlemaniaco genuino.

Luego de la primera vuelta en giras por arenas, Mikey se ausentó para relajarse y disfrutar de la vida domestica con su esposa Alicia, dejando al técnico en guitarras Mike Cortez para cubrirlo con sus deberes en el bajo para limitar con la brillante y fogosa gira de Linkin Park, Projekt Revolution.

Durante esa gira, Gerard se casó con su alma gemela (Lindsey, la bajista de Mindless Self Indulgence) y estaba terminando la primera entrega de su aclamado comic The Umbrella Academy por Dark Horse.

Los demás miembros de la banda no fueron tan afortunados: Aunque Iero se casó en Marzo del 2008 con su novia Jamia, él tuvo que retirarse de parte de la gira de la Cuenca del Pacifico, cuando en el vuelo de la banda hasta Japón comenzó a sangrar abundantemente por la nariz y la boca. Semanas antes del viaje, el guitarrista tuvo que removerse unas muelas del juicio retenidas, pero la cirugía dañó la capa inferior de sus senos maxilares, causando una infección masiva. (“Olía como pavo podrido” recuerda él, riéndose de la experiencia). Luego, fue diagnosticado por una dolencia estomacal que lo obligó a tomar un regimiento de esteroides y antibióticos que, en sus palabras “me hacen sentir gordo y horrible”.

Pero si requieres de un chico de poster dispuesto a sufrir por su arte, busquen a Bob Bryar. Él fue el psíquico de la tripulación de marzo del Desfile My Chem, después de una ronda de envenenamiento en la sangre por una lesión de quemadura en una sesión de video formando un absceso en su cerebro. Pero eso también, fue sólo el comienzo: Tres cuartos del camino a través de los clubs de New Jersey en el set que dio vida al DVD de The Black Parade Is Dead, el tendón de uno de sus dedos bruscamente se subió a su codo. “Es como si una cuerda se saliera” dice él, subiéndose la manga de su buzo de Dark Funeral al mostrar su nuevo tendón instalado. Pete Parade de The Offspring fue escogido para cubrir a la banda en sus compromisos europeos, pero cuando Bryar se sintió lo suficientemente confiado para reunirse con la banda, el destino le cobró la mano.

“Fui desde Chicago O’hare hasta Los Angeles para volar con los chicos a Australia” él recuerda. “Tomé una lata de refresco en el aeropuerto y sentí un tirón tan fuerte en mi brazo, que boté la lata. Hasta ese punto, dije ‘No puedo hacer esto’”. Sin dudarlo, la banda se dirigió a Tucker Rule de Thursday, el motor de sonido para cumplir a los fanáticos de Australia. Bryar eventualmente se reunió con la banda después del Projekt Revolution en la gira de clubs, sosteniendo sus baquetas entre sus dedos por primera vez, sólo con las frías posibilidades de entrar a una sala de operaciones. “Justo antes los cirujanos lo pusieron abajo (el tendón) diciendo que podía salir de ésta aprendiendo de nuevo a hacerlo todo o que podía salir y nunca volver a tocar. Pero de todas formas no pude tocar, así que decidí darle una oportunidad”.

El gran golpe de ironía sobre The Black Parade es que la construcción ficticia que la banda creó se manifestó en la realidad. Cuando la banda aterrizó en el Reino Unido, el tabloide británico ultraconservador “The Daily Mail” marcó a MCR como un “culto de la muerte”, sacando de contexto la historia del disco como evidencia. En Australia, Gerard estaba visiblemente conmovido al saber que muchos de los fanáticos fueron víctimas de la violencia por matones, una situación parecida a la de México por una “limpieza del emo” por subculturas rock hace un año. Pero el error mas grave de la gira de The Black Parade fue la definición del diccionario implacable. Todos en la banda admitió que en vez de terminar en lo alto del Projekt Revolution (que la crítica y los fanáticos concordaban que fueron MCR quienes reafirmaron la gira), el error fatal fue la campaña teatral que dejó al comienzo del 2008. Cuando los miembros miraron atrás en ese periodo, ellos se sintieron mas como unos compañeros de trinchera más que como una banda de rock.

“Llegó al punto en esa gira, en donde Frank me miró y dijo ‘No te estas divirtiendo, ¿cierto?’” recuerda muy bien Gerard. “Y yo dije ‘No, no me estoy divirtiendo. Pero gracias por preguntar’”. Él estalla en risas. “No tenía nada que ver con los fans o las canciones. Para ese entonces, sentía que me había alejado mucho del significado y de lo que trataba The Black Parade. La belleza de las canciones en Three Cheers For Sweet Revenge estuvo en que las tocamos y nuestras vidas cambiaron, ellas comenzaron a significar diferentes cosas. Luego de 16 shows después del Projekt Revolution, mi voz comenzó a enfermarse, y me sentía desconectado de todo. Me sentí atontado de que The Black Parade comenzara a sentirse como la vida real”.

En Mayo 9 del 2008, la banda ofreció el final de su ciclo de giras en el Madison Square Garden dejando atrás el desfile. Los hombres de MCR sintieron simultáneamente alegría, tristeza, cansancio, y un bendito alivio. Gerard tiene muy buenos recuerdos de la noche, a pesar de haber sido informado por sus managers inmediatamente luego del show, de que debía volver a su habitación de hotel y aprobar la edición final de la banda para el DVD en vivo de The Black Parade Is Dead.

“Era como ‘Mierda, he estado viviendo esto por dos años’” él recuerda, rodando sus ojos, “¿Ahora tengo que ir a verlo?. Queríamos ser sensacionales con nuestra música” dice el cantante, poniendo sus pies sobre el sofá. “Nunca tuvimos una especie de agenda asombrosa de rock, ni tampoco tenemos el deseo de complacer a la gente otra vez. Estoy bien con eso”.

CON EL DESFILE ABANDONADO EL PUEBLO, los miembros de la banda alistaron sus planes personales, incluyendo, pero no limitándose en su alegría domestica (Los hermanos Way), se aventuraron grabando en casa (El disfraz hardcore-punk de Iero en Leathermouth), los planes de boda (Toro) y la cirugía (Bryar). La banda jura que aunque la mayoría de esos trajes que se tuvieron que verse las caras diariamente por 28 meses, la experiencia en la agotadora gira nunca fue interiormente odiosa. Ellos se mantuvieron en contacto por mensajes de texto o e-mails, y se reunieron en la boda de Toro en Agosto del 2008. Sin embargo, nadie pudo negar al gran elefante en la sala –la inconfundible posibilidad de que MCR no tenía ninguna dirección valida, ni nada que decir a sus fans.

Hay una cosa que Frank Iero ama más que la libertad del punk rock: La familia. Cuando él se sube la manga de su buzo de Marduk, sus brazos muestran los retratos tatuados de sus dos abuelas (Tatuados por la aclamada artista Kat Von D), fuertes figuras matriarcales quienes murieron con sólo meses de por medio cada una; una imagen de su abuelo sobre su hombro. El guitarrista apreció el alejamiento de la carretera, pero estaba preocupado por tener unas vacaciones permanentes lejos de sus hermanos en el rock.

“Luego de dos semanas en casa, quería tocar” admite Iero. “Honestamente sentía que iba a recibir una llamada de Gerard y que no lo íbamos a hacer mas. Creo que al tercer día quería llamar a todos y decir ‘Uh, hey, sólo quería hacerles saber que esto es realmente especial y que no deberíamos darle la espalda’. Se ríe como si estuviera escuchando a un tipo que quería conectarse otra vez con una novia que lo dejó. “Siempre decíamos que cuando dejara de ser divertido, renunciaríamos. Y comenzó a dejar de ser divertido”. Iero después comenzó a demostrar su lujuria por los decibeles saliendo de gira con Leathermouth, mientras que era miembro de Reggie And The Full Effect, el vehículo del tecladista de MCR en gira, James Dewees.

“Todos estábamos conmocionados cuando llegamos a casa”, dice Mikey Way, cuyos oscuros recuerdos del año pasado se debilitaron por la exuberancia que siente por el trabajo en el estudio hoy en día. “Básicamente estuvimos de gira por siete años; se siente como si toda nuestra vida adulta la pasamos en un bus yendo de un lugar a otro. Se sintió bien que la gira acabara, pero fue triste. Te pones todo reflexivo cuando el ciclo de un álbum termina. Hubo dos o tres meses que ni siquiera salí de la casa. Parecía como si estuviéramos en un Programa de Protección de Testigos. The Black Parade fue como un monstruo que se salió con la suya con nosotros” comienza a reírse, “y luego salta a la ciudad. ¿Qué se puede hacer después de eso?”.

“No sabíamos que iba a pasar con la banda después, por que no sabíamos a donde queríamos ir”, revela Mikey, asintiendo con la cabeza mientras recuerda la incertidumbre. “No habíamos hablado sobre eso; nunca tuvimos esa discusión de ‘¿qué hacemos ahora?’. Estamos fuera de la carretera: no sómos mas el Black Parade –somos My Chem otra vez. Y eso da miedo, por que de todas formas ¿qué es My Chem ahora?, ¿Quiénes somos?”.

La respuesta vino en forma de invitación para MCR de participar en la banda sonora para la adaptación fílmica del respetado film de Alan Moore “The Watchmen”. Mikey le da crédito a la serie como una de las grandes influencias de su hermano actuando como una puerta de entrada para sus descubrimientos como artista gráfico y como músico (“Para nosotros, ese comic fue tan importante como Thriller, Nevermind o Siamese Dream”). La banda volvió a reunirse en los estudios Electric Lady de New York para grabar la versión Chemicalera de “Desolation Row” de Bob Dylan, una opción apropiada para el tema de la corrupción de los vigilantes en la película.

De repente, todo parecía muy claro. Aunque MCR surgió con el espíritu de la era contemporánea del punk (Pop-punk, emo, screamo, etc.) ellos serían los primeros en decirte que nunca tocaron conscientemente por ese puesto. (Gerard: “Tiempos sabios, estábamos conectados con todas esas cosas. Pero no estábamos espiritualmente conectados con toda esa mierda –estábamos conectados con las cosas de nuestra niñez”). Olvídense de los uniformes de bandas de marcha, el cabello arreglado, y engánchense con la búsqueda para radios de programas parias –MCR seremos directos, una banda de rock sin pretensiones.

A principios de año, la banda volvió a reunirse en Mates Inc., un lugar de ensayos de Los Angeles para averiguar la siguiente dirección. “Gerard hizo un mix de canciones que él sintió que tenían la esencia que queríamos capturar”, dice Iero. “The Stooges, MC5, Neat by the Damned. Y yo estaba como ‘Wow, esa es la clase de cosas que yo estoy escribiendo’”. Estaba claro que la carrera de MCR marcó algo que Gerard Way no estaba interesado en hacer otra vez. En lo que él está interesado es en la noción romántica del rock ‘n’ roll, encarnada en la actitud, la pasión, la dedicación y la sinceridad –entregando con dos partes iguales una porción de arrogancia y sudor.

“Proto-punk surge por que estábamos tratando de canalizar lo que sentimos por el Project Revolution. ‘¿Sería el ultimo concierto que haríamos?’ Creo que ese fue el objetivo: expulsar todo tan lejos, que el sol llegara a triturar las llantas, golpear el motor y a todos nuestros fans, nuestros compañeros, a nosotros mismos –debe sentirse como que no vamos a hacer otro disco. Quiero que cada disco se sienta potencialmente el último. Por que no sabemos cuando eso no llegue a pasar”.

MIENTRAS TANTO, RAY TORO -- EL MAESTRO TRITURADOR del punk de Iero -- está en casa en New Jersey con su esposa Christa, cuidando a su amado Yorkshire Terrier, Bauer. El perro estaba en casa de la mejor amiga de Christa mientras Toro cruzaba el planeta durante los dos últimos años; y tristemente, ha desarrollado una falla en el riñón. El guitarrista terminó de grabar su parte al finalizar el verano, para luego volver a casa con Christa y su leal mascota. El encuentra muy irónica su situación: durante todo el transcurso del tour de The Black Parade, Toro esquivó todos sus temas personales que aparentemente bloqueaban a sus compañeros de banda. A pesar de que el bienestar de Christa y Bauer nunca sale de su mente, está significativamente emocionado con la actual evolución de MCR.


"Esta es la primera vez que me alejo de la banda mientras ellos están trabajando," dice por teléfono desde su casita rural de New Jersey. "Pero al parecer está funcionando bien. No escucho las canciones ni las mezclas -- así son los chicos. Me pasan un archivo de sonido, me meto al coche y lo escucho. Quiero que la gente que pasa por la carretera escuche la música y apriete el pedal. El éxito contribuye 85 mph a tu disco. No nos importa si vendemos pocos millones -- sólo queremos marcar algo en los corazones de los chicos".

Toro dice que la atmósfera alrededor del espacio de la banda fue exuberante e inspiradora, y la música era cruda. Durante los ensayos, los chicos hacen cosas como nombrar una banda al aire (cualquiera desde The Police hasta Van Halen) y comienzan a crear y a tocar haciendo el esfuerzo de sonar como ellos. Gerard ha llegado a tocar la guitarra -- que ha producido una serie de cortos y agudos sonidos en el rango de 90 segundos. Al final de la fase de escritura, la banda tenía entre 10 y 13 canciones rápidas y sueltas para presentárselas al productor Brendan O'Brien. Ellos grabaron con la intención de lanzar el álbum a finales de este año. Haciéndole caso a su entusiasmo, aceptaron la oferta de tocar en el Summer Sonic, el respetado festival japonés de rock, que tomó lugar en Osaka y Tokio unas semanas después de haber grabado con O'Brien. Algunos shows secretos de precalentamiento en el Roxy de L.A. fueron planeados para ensayar las nuevas canciones y probarlas con el público. My Chemical Romance se han reinventado a ellos mismos otra vez, listos para lanzarse hacia el sol con toda la potencia de una turbina de un jet.

Pero no completamente. La visita a Japón le dio a la banda una epifanía fría y desolada. En su cruzada para recargar sus baterías, se olvidaron cómo ser ellos mismos.

"Estábamos viajando en el tren bala de Tokio a Osaka, escuchando los tracks que habíamos grabado," recuerda Toro. "Gerard sintió que lo que teníamos no era lo suficientemente fuerte para hacer un disco. Eso, junto con haber tocado el material viejo y ver cómo los chicos aún estaban metidos en eso, cambió todo. Si hubiéramos continuado con esa vena de escritura, habríamos ignorado nuestras fortalezas. Pensamos que habíamos maximizado todo y nos quedamos pensando: '¿Qué más podemos hacer?'. "Sentí que volvimos a lo mejor que podíamos hacer," finaliza Toro, de forma confidencial. "Volvimos a las raíces de la banda -- pero mucho mejor".

DURANTE SU VISITA A JAPÓN, Gerard Way paró en un local a comprar un block de notas. Para un tipo que está constantemente generando historias para las canciones, esto no es la gran cosa; cuando estás en la carretera, la inspiración puede golpearte en cualquier momento. Pero en la primera página vacía del block, el cantante dejó una nota para si mismo: "COMIENZA DE NUEVO".

"Llené ese block con arreglos vocales, arreglos de las canciones, nuevas letras...", hace un listado, al parecer haciendo una crónica de todo lo nuevo que le estaba surgiendo. "Por eso fue que grabamos 21 canciones. No porque las cosas que habíamos hecho no fueran buenas y no debieran estar en el disco; simplemente sentí que había algo que faltaba. Y llegué a un momento de inspiración en el que dije 'Wow, hasta puedo escribir otras 40 canciones'"

La banda volvió a Henson Recording en Hollywood con O'Brien para hacer 10 canciones más, enriqueciendo sus habilidades con melodías sólidas y dignas de un himno sobre el furioso abandono del rock por el que estaban pasando. Las vibras proto-punk en las que la banda estaba trabajando los estaban posicionando como los descendientes del Detroit de final de los '60 (The Stooges, MC5), y encajaban en la historia de la música de la cultura Británica (con modismos de los The Who de finales de los '60 o el bubblegum glam de The Sweet); las canciones más nuevas fueron un saludo de un dedo a los excesos sónicos de la ruta del Parade. Fue entonces cuando Gerard pulió ese profundo y oscuro espejo en su psiquis y se dió cuenta por dónde estaba transitando.

"De algún modo, este disco es una respuesta a The Black Parade" comienza, reajustando sus pies al sofá. "Al principio, le toqué a Rick Costey algo de lo que teníamos. Me preguntó '¿Qué están haciendo? ¿Qué clase de disco es este?' Yo dije que era un disco de protesta. Y el dijo 'Oh bueno, ¿sobre qué están protestando?' Y no tuve respuesta.
Con el tiempo, me di cuenta que contra lo que estábamos protestando era contra nosotros mismos", dijo. "Protestando contra nosotros, pude protestar contra la escena con la que se nos vinculaba. Quería alejarme de todo lo que tuviera que ver con "la escena". Hay tanta mierda que está sucediendo: ¿Dónde está el sentimiento?. Todo esto es la música ideal para los norteamericanos: ¿De qué trata la canción?. Golpéame en la cara -- sé directo conmigo. Pero tampoco escucho algo vago, son ambos -- solo colecciones o simples zumbidos. Nadie está hablándome. Yo pienso en los fans y en lo que las letras puedan significar para ellos. ¿Qué voy a decirles?".

MCR siempre ha tenido una conexión muy profunda con sus fans, ya sea llevándolos dentro de shows completamente vendidos o a cansadores meet and greets después de los shows. Cada miembro de la banda puede entretenerte con múltiples historias sobre las fans que cuentan cómo como sus vidas fueron "salvadas" por My Chemical Romance. Gerard Way entiende esto mejor que nadie, pero le tomó una influencia externa para navegarlo a través de esta disonancia cognitiva. Su hija Bandit, quien entró al mundo a finales de Mayo.

"Lo más grande que quiero transmitir con este disco es decirle a los que escuchan, que no dejen que el mundo defina quiénes son," dice Way dice con gran convicción. "Si algo llegara a pasarme, quiero que Bandit escuche este disco y piense en su padre como algo más de lo que la gente hizo de él o quiso que su banda fuera. No quiero que piense que su padre fue una victima, y tampoco que piense que ella lo fue. Eso va para nuestros fans también".

"Esa cosa de 'My Chemical Romance salva vidas' es una cosa tergiversada", continúa. "Estamos agradecidos de que ellos hayan sacado algo de nuestra música. Pero al final fueron ustedes los que se las arreglaron y atravesaron su realidad. Ese es mi mensaje para el mundo: Vayan a la luz, nosotros nos encargaremos de esto".

UNO DE LOS REPRESENTANTES INTERNACIONALES de Warner Bros. Records le contó a MCR sobre el viaje que había hecho hacia la sede japonesa de la disquera. Durante una reunión frente a los ejecutivos, el director de la compañía dijo: "El emo está muerto. El único sobreviviente: My Chemical Romance". Esto sin duda trae el comentario de que el estilo de manejo de los japoneses es mucho más visionario que el modelo americano, desde líneas aéreas hasta las manufacturas. Pero no caben dudas que después del cuarto álbum de estudio que My Chemical Romance lanzará en primavera del 2010 [Otoño para el hemisferio sur], ambos lados, desde la banda hasta los fans, van a deleitarse con la fiesta.

"Una vez que el disco finalmente sea lanzado, espero tener que recurrir menos a él y más a los shows", dice Gerard bastante entusiasmado. "No se trata más de lo que pueda decir sobre el escenario. Se trata de estar encendido. Hemos sido una banda el tiempo suficiente como para encender los motores nosotros mismos -- eso es lo que quiero. Los shows te volarán como si estuvieras atrapado en un túnel de viento. Esta banda siempre sacrificará algo -- la salud mental o física -- y siempre será de esa forma. Y en diez años más, seguirá siendo así".

Se levanta del sofá y se detiene como si hubiera sido golpeado por otro pensamiento. "¡Pero tal vez nos cansemos mucho más rápido!"


ROCK-IT LAUNCH


EN OCTUBRE, MY CHEMICAL ROMANCE INVITÓ A AP AL ESTUDIO PARA ESCUCHAR ALGUNAS DE LAS 21 CANCIONES QUE GRABARON PARA SU CUARTO ÁLBUM DE ESTUDIO, ORGANIZADO PARA LANZARSE TENTATIVAMENTE ESTA PRIMAVERA PRÓXIMA. GERARD WAY NOS CONTÓ LAS HISTORIAS QUE HAY DETRÁS DE ALGUNAS DE ESTAS NUEVAS CANCIONES.

"DEATH BEFORE DISCO"
Descrita como "la canción anti-fiesta" (y uno de los primeros tracks que la banda escribió antes de su viaje a Japón), esta fiestita fue directamente inspirada por los punks de Detroit, The Stooges y MC5. La banda de hecho logró tocar con el guitarrista de MC5, Wayne Kramer cuando lo conocieron durante una de sus iniciativas caritativas.

"THE LIGHT BEHIND YOUR EYES"
Un track atmosférico que no sonará fuera de lugar entre The Church y Talk Talk. Como dice Gerard, la banda pasó por ese período de vibras de Pink Floyd y The Division Bell. "Queríamos algo realmente cinematográfico con esto. Algo así como una puesta de sol luego de un tiroteo".

"HAIL TO THE KING"
My Chemical Zeppeling, ¿alguien?. Esta canción -- anteriormente nombrada como "L.A. Heavy" -- sonaba como Queens of the Stone Age manejando una flota de 1986 hacia Monte Carlos e invadiendo una cuidad llena de niños que agitan sus puños al viento en camperas de cuero y jeans rasgados. "Se trata de tocar un show de rock con esa cosa de no-importa-de-que-carajo-trata-la-canción."

"STILL ALIVE"
Un capítulo de la mitología de My Chem, esta pieza que suena como Britpop está centrada en la legendaria historia de la banda siéndole arrojada una botella con orina en el Reading Festival en el Reino Unido -- desde el punto de vista del que arroja la botella.

"TRANS AM"
Esta canción -- al parecer influenciada por el drama criminal del Medioeste de Badlands y el moderno clásico de ciencia ficción Blade Runner -- suena como la cosa quue sale de un, eh, Trans Am. "Violencia y automóviles son una gran parte de la mitología americana"

"SAVE YOURSELF, I'LL HOLD THEM BACK"
"Sigo dándole referencia a 'Living After Midnight' de Judas Priest. Los versos fueron Judas Priest, los coros fueron Bon Jovi, con un toque de Three Cheers for Sweet Revenge agregado. Quería que fuera una canción de cuero y metal. Es la canción de la importancia del creyente sobre la víctima".

"THE ONLY HOPE FOR ME IS YOU"
Una prima de 'Famous Last Words' (el track más optimista de The Black Parade), esta canción encapsula las habilidades naturales de la banda para hacer himnos y melodías. "'Famous Last Words fue muy directa en los coros. Esta es aún más directa. Para mí, es como mirar hacia el comienzo de mi vida -- el cual para mí es el 11 de Septiembre. Trata sobre muchas cosas, como traer un niño al mundo y estar preocupado sobre que haya algo doloroso por lo que tu hijo tenga que pasar".

"BLACK DRAGON FIGHTING SOCIETY"
La canción con la que más se mueve la cabeza, el momento 1-2-fuck you más intenso en el estudio de todo el catálogo de MCR, esta canción son 98 segundos de frenesí sobre cafeinado y sobre modulado, repletas de una batalla real similar a las peleas con armas de juguetes entre Frank Iero, Ray Toro y Gerard. "Esta canción me recuerda a una de mis canciones favoritas 'Heart Attack Man' del disco de Beatie Boys III Communication. Hay más o menos dos horas de producción en el, pero aún así suena como My Chemical Romance".

Fuente: Revista AP.
Traducción: Luchis y Sol.
Scans: AP MAG.

0 comentarios: